Un proceso selectivo de oposición puede compararse con un gran reto, como subir a la cima de un montaña o una expedición arriesgada como la que vivió Shackleton en el polo Sur hace un siglo y puede servir de inspiración a todos aquellos/as opositor@s que han sacrificado mucho en esta epopeya personal.
La efervescencia de emociones que se viven durante un proceso selectivo y tras los exámenes han de ser gestionadas adecuadamente si no queremos que el abatimiento y la frustración de no haber conseguido nuestras metas acabe con nuestros objetivos y sueños.
Hay quienes en un primer examen no han podido superar acabar como «apto» y no han podido entrar en bolsa, otros si lo han hecho y esos elegidos tienen una satisfacción de «mínimos» que les compensa todo el esfuerzo», es un mejor consuelo, tal y como hubiera expresado el propio Schackleton «nunca para mi la bandera esta arriada, nunca es la ultima empresa». La perseverancia es un valor a tener presente cuando optamos por las oposiciones, tener mentalidad de crecimiento , con actitud positiva desde que planificamos nuestro estudio y rodearte de personas que apoyan tu proyecto de vida resultará clave en momentos difíciles.
Luego llega el segundo examen, el cansancio hace mella en tu estado mental y fisiológico, seguimos realizando un gran esfuerzo cognitivo y emocional, y cuando visualizas el listado de aptos definitivos, pueden ocurrir dos momentos significativos, el vértigo de haber pasado al examen final , los nervios se encrispan, son pocas las plazas y hay mas ratio del esperado por quienes han superado las pruebas. Por contra, quienes han suspendido en esta segunda etapa, sienten la doble frustración, haber pasado la primera ronda y haberte quedado » a las puertas». Seguimos utilizando la sabiduría de Schackleton, sobre la fuerza de voluntad «por la resistencia venceremos«. también nos indica que hay momentos concretos de nuestra vida en los que hay que aumentar nuestras reservas de fuerza de voluntad y guarda mucha relación con el autocontrol.
Y llegamos al final del camino, se publican los nombres definitivos de la convocatoria, unas pocas décimas te impiden alcanzar tu sueño. Este es el momento más difícil de afrontar, el abatimiento, el derrotismo, el fracaso. En contraposición a estos pensamientos negativos, aun nos queda un pequeño trecho por recorrer, la aceptación de la realidad tal y como es, ahora, examinando aquello que pasamos por alto en los temarios, en la exposición oral, y nuestra preparación en casos prácticos, nuestra experiencia y bagaje. Ahora toca la reflexión, sanar las heridas de la batalla y proclamar al universo un «agradecimiento» por habernos permitido llegar hasta aquí a este momento. Porque en el fondo estamos más cerca de lo que creemos imaginar del éxito. Si esta palabra exito ahora puede parecer vacía de contenido, porque estamos sufriendo los pormenores de no llegar a nuestra meta.
Y seguimos insistiendo ahora más que nunca en aquellas enseñanzas que el explorador Schakleton desarrollo en tan dificiles circunstancias como son :
Rumbo: Todos los viajes comienzan por fijar una dirección. Para poner rumbo al éxito primero debes situarlo en tu voluntad firme y desde ya puedes comenzar a prepararte tras un breve descanso a la próxima «batalla opositora». Busca nueva bibliografia, nueva academia para ampliar lo que ya tienes, consulta otras ofertas publicas de empleo y programa tu «nuevo rumbo».
Regeneración: Cualquier viaje sufre altibajos e inconvenientes y es necesario dotarse de la capacidad para encajar los impactos de la vida. La resiliencia es esa habilidad. Aquellos que han estado años preparándose y han conseguido la ansiada plaza también se encontraron con las mismas dificultades, pero consiguieron sacar coraje adaptándose a todo ello con gran resistencia, aprendiendo de las nuevas convocatorias, de como los tribunales, evalúan…
Enfoque: La conciencia plena implica estar en el momento presente, no perder de vista nuestros objetivos y concentrarnos en ellos.
Dureza: Es la capacidad de soportar situaciones incomodas, y tiene que ver con el autocontrol y la fuerza de voluntad. Hay que evitar a toda costa las culpabilidades y la ira, pues pueden producirnos dolencias e incapacitarnos a seguir estudiando. Se debe contrarrestar con alta motivación y autoestima (lo vimos en los cuatro jinetes*)
Constancia : La perseverancia nos ayuda a lograr nuestras metas a largo plazo. Está basada en la practica deliberada y en los hábitos , que son los pilotos automáticos de la conducta. Un buen opositor/a se construye a base de constancia (calendarios, priorización de agenda , buena alimentación, dormir bien, meditación..)
Energía: La gestión de la vida necesita de cuatro fuentes de energía: mental, emocional, física y espiritual. No solo todas son necesarias, sino que también lo es un adecuado equilibrio entre ellas.
Mentalidad: Nuestros estados emocionales dependen de nuestra visión del mundo, y el éxito depende en buena medida de esos estados emocionales. Necesitaremos grandes dosis de mentalidad de crecimiento para adaptarnos a las vicisitudes de una oposición, cambios legislativos, desconocimiento de fechas de exámenes.. sacandole provecho a todo nuestro potencial, aquello en que podemos destacar en nuestra profesión.
Conexión: Las personas que comparten la vida con nosotros son una clave imprescindible para el éxito (apoyo del entorno y familiar)
Finalmente cabe añadir una curiosidad cuando opositas, y es que a pesar de que la oposición es un viaje hacia la competencia total y absoluta, considero que en esta odisea debes ir mucho mejor acompañado que solo en este trance, necesitarás del apoyo social con sus efectos positivos en momentos duros.
Finalizo este post con una poderosa frase que nos dejó el explorador Schakleton que dice:
«Muchas veces me maravilló la delgada linea que divide el éxito del fracaso».
Tu decides en tu vida si quieres estar por encima o por debajo de esa linea, yo apostaría claramente por haber ganado, experiencia y compañeros/as de viaje en las oposiciones.
Más info: La brujula de Schackleton–Jesús Alcoba Gonzalez– 2014–